Para el público de la reciente Novena Muestra de Nuevos Realizadores, el más atractivo suceso de la misma fue la proyección del documental Revolution, de la autoría de Mayckell Pedrero, que explora una parte del universo del dúo Los Aldeanos, el conjunto de rap más escuchado y publicitado en Cuba hoy.
La calidad del material no defraudó las expectativas de la heterogénea asistencia, y los jurados de la Muestra terminaron confiriendo a Revolution los premios de mejor documental, y mejor dirección y edición, en esa categoría. Por su parte, la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica y la Facultad de Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) del Instituto Superior de Arte, también otorgaron sendos galardones colaterales al material.
Desde temprano, el día de la presentación (jueves 25 de febrero), escuché a los acomodadores de un poco concurrido cine 23 y 12, cuchichear que lo bueno venía en la otra tanda: “Es el que espera todo el mundo”, decían. Y era cierto. A la hora de entrar, una multitud se acumulaba a la entrada de la sala. Los Aldeanos, verdaderos “pesos completos” de la cultura popular alternativa, convocan a diferentes tipos de gente, sobre todo jóvenes: raperos, universitarios de camisa por dentro, “repas”, “frikies”, patinadores, gente de lo más formal, gente muy chic, y otros muy under… La mayoría bajo el hechizo de esa suerte de rebeldía revolucionaria en estado puro que transpiran el B y Al2, los MC que forman el grupo.
En su dimensión formal, el documental es muy notable, y más aún puede considerarse si se hizo “al pecho”, con mínimos recursos, como casi todo el audiovisual independiente —y buena parte del institucional— en Cuba hoy. Deficiencias como algunos planos con el fondo “quemado” palidecen entonces ante las virtudes de Revolution.
Pero para muchos quedó claro que los premios fueron a la película como producto artístico, pero sin dudas también se refirieron al tema mismo: el controversial discurso de Los Aldeanos.
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Nota del autor: algunos de los planteamientos que siguen intentan ser esclarecidos en comentarios míos más abajo. Especialmente quiero que se tome en cuenta este: para el que los ha escuchado con cuidado, son esencialmente antiimperialistas, libertarios, socialistas, internacionalistas
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La incomodísima postura del dúo dentro del panorama cultural de hoy integra un estado de gracia artístico (más de 15 demos rodando en la calle) con un maniqueo panfleto contestatario como propuesta ideológica. La mezcla es explosiva, y las autoridades culturales y los sectores intelectuales interesados vienen confrontando dificultades para interpretar y afrontar un fenómeno del que los raperos representan la más reciente y visible cresta.
La matriz de los más conflictivos temas de Los Aldeanos puede ser sintetizada más o menos así: crítica visceral al déficit de desarrollo social en Cuba (negación del discurso de “logros de la Revolución”) + acusación explícita de los dirigentes del país (confrontación al tabú de inculpar a Fidel, Raúl y otros históricos) + autoafirmación como voceros de la “realidad” contra la censura. Por supuesto que no todos sus canciones tratan del tema político, pero probablemente (y para probarlo no hay estadísticas) las más pegadas sean de ese cariz. Y es que los muchachos se maravillan con que haya alguien tan valiente como para hablar con ese nivel de explicitación de los problemas.
No obstante, la presunta realidad de Cuba, de la misma manera que no está del todo en las horas de transmisión ni en las páginas de los medios oficiales, tampoco está en las líricas de Los Aldeanos. Por desgracia, una medida intermedia y justa no creo que pueda ser reconstruida sacando promedio de dos visiones totalitarias. La honestidad ante la sociedad no puede alcanzarse observando a través de esos ojos ciegos, porque uno mira desde el cielo y otro desde el infierno. Y la gente de carne y hueso, del gerente a la prostituta, del rapero al presidente, del obrero al policía, están en el medio, y se ven irreconocibles desde esas distancias.
Los Aldeanos adolecen de un tratamiento ahistórico y absolutista de las dinámicas políticas y sociales de Cuba. Y no quiere esto decir que corresponde al rap suplir a historiadores, periodistas y sociólogos. Pero dado que su bandera estética es una resistencia agónica, esa carencia se echa demasiado a ver. En muchas de sus más arriesgadas proposiciones, veo tanta injusticia histórica como compromiso ético con los más necesitados.
El caso es que si a Los Aldeanos nadie les había dicho que exageran tanto –en sentido contrario– como el peor ejemplo de discurso triunfalista de un funcionario de medio pelo, creo que el documental era una buena oportunidad.
Y acabé de escribir: «decirle» a los raperos. Y es claro que les habrán dicho, incontables veces, funcionarios, colegas, agentes del orden, familiares, amigos y almohadas. Pero no me refiero a un mensaje interpersonal, sino al que puede llegar a Los Aldenos y a la aldea, el que pudieron recibir los músicos y ese público casi adolescente forjado más o menos en las mismas difíciles condiciones que ellos. (Un público, que, sin ir más lejos, soy yo mismo.) Me hubiera gustado ver un mensaje-documental que los incorporara, que se identificara con ellos, pero que tomara una muy necesaria distancia, que «pensara» sobre el fenómeno Aldeanos con cabeza propia, que los confrontara con sus propios silencios, con sus propias censuras, y que nos los devolviera más humanos.
En esa medida, creo que Revolution fue desperdiciado.
La causa de Los Aldeanos, muchos queremos creer, es una buena causa. Pero todas las buenas causas o personas, lo que merecen es adhesión crítica. Y si ello se cumple para tratar de construir el socialismo en una isla pobre del Caribe, también es válido para el no menos indispensable propósito de criticar la burocracia, la falta de libertades o el caudillismo en esa misma isla. Ambas acciones deben ser consustanciales, porque las utilidades del hacer y de la crítica desaparecen si una no conduce naturalmente a la otra. Se hace una obra para someterla a la crítica, y se critica para superar lo hecho, no para destruirlo –así sea discursivamente– de manera arbitraria.
Cerrar filas al lado de Al2 y el B, denunciando los actos de censura que puedan sufrir, resulta, paradójicamente, fácil. Pone a la gente a aplaudir en el cine, pero no los obliga a reflexionar. No sirve para que Los Aldeanos superen la miopía de su panfleto, que –también es cierto– no resulta más que otro de los miles de panfletos de cariz político que desde hace ya demasiado tiempo nos han embotado la sensibilidad ciudadana a varias generaciones de cubanos.
En Revolution, los raperos están cómodos en su underground. Se muestran sólidos, si no en sus argumentos, sí en su imagen. (Y la discusión hoy día, como tan nefastamente se demuestra a diario, no es tanto de argumentos como de imágenes.) La banda sonora pone de relieve su genialidad poética dentro del género, y ello aparentemente alcanza para mostrar al mundo las caries de la sociedad que viven. Para echar en la cara de la oficialidad dogmática la verdad de la calle. Pero si Los Aldeanos se quedan ahí, su “verdad” da pocos pasos más allá de la crítica a la censura.
Los Aldeanos serían censurados, en mayor o menor medida, en cualquier civilización conocida por el hombre hasta hoy, porque su naturaleza es la transgresión de los límites. ¿Pero en busca de qué?, nos preguntamos.
Es ahí donde no me cuadra la aparente desideologización que manifiesta el mismo Aldo, que dice que ya no es socialista, ni leninista, ni nada. Solo es revolucionario, manifiesta. Y ciertamente, ello no es poco. Pero el contenido de “ser revolucionario” hoy queda sin esclarecer, sin discutir demasiado, mareado en una atmósfera de adrenalina contestataria que demasiado se parece al ring de la Batalla de Gallos. La lucha en la valla no se gana con razones, sino con velocidad en la lengua, ingenio y rima. Ahí Los Aldeanos son los reyes, hasta que se pruebe lo contrario, pero esa ilusoria y fácil victoria no avanza el debate sobre qué y cómo es ese «algo» que «anda mal»… Por eso no me alegra que Mayckell los dejara bailar tan jíbaros y azuzados en la valla, a pesar de que más de una afirmación de los raperos me haya arrancado aplausos de las manos.
28 comentarios
Comments feed for this article
marzo 5, 2010 a 11:16 am
Stefan
Gracias por el interesante artículo. Me permito reproducirlo íntegramente en mi sitio web, junto a otras críticas, para que puedan servir como base de discusión sobre este fascinante tema.
marzo 5, 2010 a 5:03 pm
dani
leyendo por ahi, encuentro esta cita de Godard: no busca la imagen justa, sino la imagen que necesita.
La Aldea, tampoco tiene que necesariamente ser justa en su imagen, quizas «solamente» tenga que ser justa en lo que necesita.
marzo 5, 2010 a 5:11 pm
Daniel Salas
(Fragmento de email enviado a una lista grande destinatarios por el crítico y profesor de cine Gustavo Arcos)
En la Muestra tuvieron lugar hechos de gran trascendencia y sobre todo, impacto social que no debieron quedar olvidados. La exhibición de un documental como Revolution devino en el mayor acto de sinceridad e interactividad, obra- espectador que se haya visto en Cuba en muchos años. Dos salas de cine abarrotadas y con miles de espectadores aplaudiendo una y otra vez durante la exhibición única del filme, envían una clara señal a los que no quieren entender por dónde van las preocupaciones de muchos en nuestra nación. Porque aquí no importa el sujeto que habla (el dúo de Rap y Hip Hop, Los Aldeanos) sino la serie de ideas expresadas desde su performance público por ellos. ¡Desde luego que son discutibles!, pero de eso se trata, de mover el pensamiento, generar debates sociales, pensar desde las más disímiles formas, quienes somos, qué nos sucede y por qué hemos llegado a la situación actual. Se puede estar identificado o no con Los Aldeanos, con su música, su proyección escénica o su forma de decir, pero lo que constituye una verdadera irresponsabilidad y necedad política, es desconocer su enorme impacto social que además, no es solo de ellos.
Los Aldeanos, capitalizan en definitiva el sentimiento de cientos de miles de personas, que los convierten, a falta de otros, en los nuevos líderes simbólicos de una generación pues se encuentran reflejados en sus canciones, angustias, expectativas, sueños y frustraciones. Revolution, es un documento (artísticamente bien hecho por cierto) que sin duda se convierte en una plataforma de ideas y provocaciones, al cual no se debe temer o silenciar y como muchos otros de esta IX Muestra, recuerdo por ejemplo el documental Que me pongan en la lista, el animado El Dictado, el documental ¿A dónde vamos? o la sutil desmitificación del hombre nuevo, representado por El mundo de Raúl e incluso por los jóvenes de Ghabbana men revolution son fieles expresiones de sentimientos, actitudes y fuerzas que se vienen manifestando dentro de la isla desde hace décadas. Lastrar o prohibir su posterior exhibición solo producirá un efecto contrario de sobredimensión de estas obras que circularan de todas formas y de manera indetenible, gracias a las nuevas tecnologías.
Gustavo Arcos Fernández Britto.
Ciudad de La Habana, 1 marzo, 2010.
marzo 5, 2010 a 5:19 pm
Daniel Salas
Adelante, Stefan. Paso a cada rato por tu web, felicitaciones.
marzo 5, 2010 a 5:22 pm
Stefan
He reproducido su crítica, la de Gustavo Arcos y la de Pedro de la Hoz en http://www.hiphopcuba.com y agregué una breve entradilla:La recepción eufórica del documental Revolution de Mayckell Pedrero por parte del público habanero contrasta con algunas críticas que se han publicado desde su estreno.
Mientras Pedro de la Hoz afirma en La Jiribilla que Los Aldeanos «pecan por exceso y parten de un enfoque panfletario que se aísla en sí mismo», el profesor universitario y periodista Daniel Salas diagnostica que «adolecen de un tratamiento ahistórico y absolutista de las dinámicas políticas y sociales de Cuba.»
Reproducimos a continuación ambas críticas que, por muy duras que sean con Los Aldeanos, constituyen un paso hacia la reanudación de un diálogo constructivo entre sus defensores y sus detractores.
Saludos
marzo 5, 2010 a 5:40 pm
Stefan
Para dejar aquí mi opinión personal, pienso que Los Aldeanos son en primer lugar poetas, creadores y artistas y como tales su discurso no ha de valorarse como un comunicado de prensa o una ponencia académica. «Panfletaria», subversiva, provocador e irreverente ha sido la obra de los mejores poetas a lo largo de la historia. La afirmación «Pero el contenido de “ser revolucionario” hoy queda sin esclarecer» me parece discutible. Los Aldeanos cumplen a rajatabla con las máximas de que es de revolucionarios no mentir jamás y de pedir un cambio de lo que debe ser cambiado. Deduzco de sus letras que son internacionalistas, progresistas, antiimperialistas, socialistas, que están en contra del racismo, la marginación por raza o sexo, denuncian la violencia o la explotación y comparten buena parte de los ideales de la revolución. Además, la crítica que sse hace a Los Aldeanos podría extenderse perfectamente a muchos otros raperos del underground que, no obstante, no tienen los mismos problemas que estos , aunque canten cosas muy parecidas. Porque el discurso del hip hop cubano es, además de revolucionario, muy coherente. Y encima es sumamente bello, con grandes y carismáticos letristas y cantantes. Creo que el objetivo debe ser integrar, dialogar y disfrutar de su arte. Que los barbudos de antes son los tatuados de hoy.
marzo 5, 2010 a 5:52 pm
Daniel Salas
Oye, Stefan, dices algo con tremendo ponche: los barbudos de antes son los tatuados de hoy.
Estupendo.
saludos
marzo 5, 2010 a 6:09 pm
Stefan
Gracias Daniel, quería decir que parte del desencuentro entre el Juventud Rebelde y la juventud rebelde se debe a un problema generacional. Como admirador de la Revolución cubana y de Los Aldeanos y desde mi perspectiva alejada de un alemán residente en España, creo entender que estos últimos han asimilado el mensaje de los barbudos a la perfección y que los barbudos deberían estar orgullosos de sus nietos. Salud.
marzo 5, 2010 a 6:45 pm
Silvio Liam
compañero o compañera para mi ha sido muy básica y estúpida sus ganas de criticar, absurda irónica incluso llegue a pensar y no dudo q le paguen por hablar mal de la aldea, quizás la vida lo trato muy bien y no pueda entender la idea, pero mas me parece un arrogante estudiante d algo q no tiene en que emplear su critica mediocre y patética y en 4 párrafos no dijo nada solo que Los Aldeanos no le caen muy bien, respete el futuro de Cuba y baje la cabeza ante los que están asiendo lo que usted no tubo el valor de hacer, usted quiere sobresalir hablando de lo que sus hijos van a escuchar y sus nietos, si es que una persona tan mediocre e imbécil como usted tiene tiempo para pensar en una familia, estudie la vida de los barrios para que tenga bases para hablar tonto, crea en la verdad y no en el odio paisano la critica engendra veneno vamos a sembrar amor en ves de criticas sin bases, usted esta en un pequeño % de personas que al final morirán en su frustración, esta usted solo contra América latina, reflexione y tápele los oídos a sus hijos para que no escuchen el futuro, si es que lo tiene, Viva Cuba Libre y búsquese otro trabajo que es bien pequeño en ese que tiene. Ojala pueda sentirse persona algún día. Silvio Liam Rodriguez Varona(Silvito el Libre)
marzo 6, 2010 a 4:01 am
Daniel Salas
@Silvito: compadre, me parece que no entendiste casi nada de mi comentario.además, no creo que sea recomendable hablar con tantos insultos.
Los jovenes cubanos, con las diferencias que nos separen, tenemos que cuadrar esto juntos. Nadie se las sabe todas.
Respeto y saludos para todos los amantes del hip hop.
No creo haber ofendido a Los Aldeanos ni a nadie con mis palabras. A Los Aldeanos, si no se entendió, los admiro mucho. Pero como digo, mi adhesión a su propuesta es crítica.
Eso creo que es lo mejor que se puede hacer.
Por eso me tomo la molestia de escribir al respecto.
Si no podemos aceptar el apoyo y la crítica franca, de qué estamos hablando?…
marzo 7, 2010 a 7:51 pm
Stefan
Dijo Villon: Que en rejalgar y anhídrido arsenioso, en sulfuro amarillo y en cal viva, en pez y hollín disueltas en colada hecha con pis y cacas de judía, en plomo hirviente que las desmenuce, en agua sucia de leproserías, en raspones de pies y ropa vieja, en sangre de áspid y diversas víboras, en hiel de lobos, zorros y tejones ¡las lenguas envidiosas sean fritas!
Dijo Khayyam: Un beato le dijo a una hetaira: «Borracha, caes a cada instante en los brazos de todos». Respondió ella: «¡Oh beato: Soy todo cuanto dices! ¿Eres tú el que pareces?»
Digo yo: La expresión «su ilusoria y fácil victoria» equivale a llamarles «derrotados oportunistas», la «miopía de su panfleto» es del calibre de una forma «muy básica y estúpida de criticar». Ruego que sometas a una segunda audición los discos de Los Aldeanos para convencerte de que ese panfleto de 16 discos no contiene nada fácil, ni ilusorio, ni miope, sino rap del bueno, para muchos de lo mejorcito en castellano. No te ofendas pues si Silvito sugiere que tratas de obtener una victoria fácil tildando de panfleto a lo que para otros es una obra de arte, porque esta victoria sería, en todo caso, ilusoria, compañero y, con vistas al futuro, miope.
marzo 9, 2010 a 8:11 pm
NerdHacker
No se queden detras los blogguers y amigos que estan fuera de cuba
consuman esto
descarguense el documental en este enlace
http://elketudo.blogspot.com/2010/03/revolution-los-aldeanos-documental-2010.html
marzo 10, 2010 a 12:05 pm
Stefan
Gracias NerdHacker por el enlace, gracias Daniel por no censurar los comentarios. Después de haber visto este magnífico documental me pregunto si los críticos han visto la misma película que yo. La que yo vi dura casi 50 minutos y habla de muchísimas cosas que no nombra la crítica, pero que desde un punto de vista periodístico interesan al lector. De hecho, hablan muchas personas muy inteligentes y no tan jóvenes ni marginales y hablan muy bien de Los Aldeanos. O acaso la opinión de Pablo Milanés ya no se tiene en cuenta cuando de crítica musical se trata? Saludos.
marzo 10, 2010 a 6:01 pm
daniel
@Stefan: sé que los numerosos temas de Los Aldeanos responden casi todos los cuestionamientos que yo he escrito arriba, y seguramente a otros más. Sin dudas, para el que los ha escuchado con cuidado, son esencialmente antiimperialistas, libertarios, socialistas, internacionalistas, etc. Yo diría, incluso, que pueden considerarse comunistas, si pudiéramos olvidar todos los malentendidos alrededor de esa denominación, en el sentido de que son gente que denuncia sin tregua lo que no está como “debería estar”. Si pensamos en el tipo de sociedad algo así como pura que exigen.
Mis criterios del post se refieren sobre todo a lo que creo que recoge el documental. Trataré de regresar sobre él y valorar las cosas de nuevo. A Revolution, grande como obra audiovisual, le veo especial importancia porque mucha gente en Cuba se acercará a las ideas de Los Aldeanos a través de él. Por eso me parece conveniente una distancia periodística sobre los protagonistas, orientada a que estos pudieran ser mejor entendidos por el público más diverso. Incluso para que fueran más potables para algunas instancias políticas, o del tipo que sean, que importan mucho en el resultado general de todo el proceso de la cultura.
Pero el mejor rap, sin dudas, es guerra. Y eso la aldea lo sabe bien.
Quizás Los Aldeanos, el Libre y todos los demás, lo mejor que hacen es mantenerse saludablemente alejados del tipo un tipo de crítica que, a la corta o a la larga, les está pidiendo “ablandarse” como canción protesta. Alejarse de los que intentan manipularlos para un lado o para otro.
Pero sobre eso, ya la historia dirá la última palabra.
Por ahora: Salud para el rap, respetos para todos, y sigan adelante con su trabajo.
Pasé el fin de semana de desconexión cibernáutica oyendo, insistentemente, Kbayeros, es excelente…
marzo 11, 2010 a 3:43 pm
Stefan
Si, el disco de los Kbayros me parece también especialmente logrado y muy singular en su factura. Tiene mucho que ver con la trova, la nueva trova e incluso, quizá sobre todo, con los caballeros trovadores de la edad media y su código ético. Creo que contiene unas canciones muy sensibles y bellas y gran poderío poético y que en el futuro será muy comentado y valorado. Creo que, en todo caso, se debería prestar mucha más atención a los logros que a los defectos, tanto en el caso de Los Aldeanos como en el caso de la Revolución.
marzo 14, 2010 a 2:37 pm
Boni
También disfruté el documental el único día que pasó por la muestra y he escuchado a Los Aldeamos, desde Rotilla por primera vez, con muchas ganas y me identifico!
Pienso que en alguna medida el debate de este Post se está yendo a los extremos. Por lo general a la música no se le puede ni se le debe exigir como a un artículo científico… pienso que aunque el Rap/ Hip Hop en ocasiones nos parece más un discurso-diálogo, su objetivo no es analizar en profundidad ningún tema; es más una expresión de puntos de vista del autor.
Además, creo que estamos pidiendo a el documental y a los temas de Aldeanos que concuerden con los puntos de vista de cada uno de nosotros, la crítica es eso en alguna medida, pero hay que tener en cuenta que cada obra de «arte» expresa justamente lo que el artista piensa. Y no lo que el crítico quiere.
Si me acercara a las canciones de Aldeanos buscando una crítica sopesada y más «acertada» del sistema, y pienso que todas la son, desde su perspectiva, probablemente no saldría satisfecha; pero eso no es lo que busco en la música!!! Y los Aldeanos como Escuadrón se expresan con osadía, debo reconocer.
En fin, podría escribir mucho más pero me emocionaría!
Pasé por aquí y es bueno.
Un beso Dani!!!
🙂
marzo 22, 2010 a 11:30 am
Cuba bulle « DESTINOCUBA
[…] El acercamiento al quehacer de los raperos Los Aldeanos, víspera del congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, pone a pensar al duro sobre lo que hacen, creen y dicen los nacidos después de los años 90. (Ver: Revolution: después de la rebeldía, ¿qué? […]
abril 3, 2010 a 3:01 pm
Boris Leonardo
Daniel: Alguien me habló de este comentario tuyo sobre el doc de los Aldeanos. Y hoy te encontré en el blog de Rosa… La vida y sus vueltas. Yo feliz por el reencuentro.
Estuve el día del estreno en el Chaplin, de pura casualidad. Estoy bastante al margen de la cultura al margen (y de la oficial también). Al igual que tú los aplaudí y quise gritar mi hastío, como el B.
El problema, a mi modo de ver, no es el objeto en sí, sino la mitología, el trascendentalismo que cubre cualquier expresión política en esta isla y en estas décadas de fin de siglo (Cuba sigue en el siglo XX). Todas las voces contrarias al discurso del Establishment (El Establecimiento, la Bodega, la Finca) son convertidas en LA VOZ. Y ahí mismo se jode la cosa, porque se contamina la diversidad, que debiera ser tan natural y no EXTRAordinaria.
Los Aldeanos existen… enhorabuena. Son raperos, músicos, artistas… Bárbaro. Ojalá hubiera una docena de grupos como ellos. Pero cuando les cuelgan el cartelito de representantes de una generación… se perdieron, en la curvita de una modo obsoleto de interpretar la realidad.
Por otra parte, si ellos se creen ese personaje (la historia de abrirnos los ojos… tan paternalista como un Editorial de la Abuela) entonces van cayendo en la trampa, se los come el mismo tiburón que tratan de pescar.
En fin, tremenda muela. Súper feliz. Güelcon bac.
abril 13, 2010 a 11:56 pm
eldavixxl
lastima que descubri este debate sobre los aldeanos y su documental un poco tarde. primero quiero dejar claro que me gustan Los Aldeanos, soy un seguidor de su música pero la pasión no me ciega y nunca entendí los premios que le dieron al documental. Yo no pude ver muchos otros documentales de la muestra y quizás no había más, por tanto, los premios no quedaba más remedio que dárselos a Revolution. Desde las primeras imágenes me di cuenta que me encontraba ante un trabajo con una producción bastante grande detrás, no me creo el cuento de las producciones de bajo presupuesto con una infografía como la que tiene. Además, desde el punto de vista periodístico tiene muchísimas cosas criticables, está totalmente parcializado. Claro, es un documental, no un reportaje, entonces dónde quedó el tratamiento artísitco del asunto??? Lo único que vi fue una series de entrevistas muy bien contadas unas tras otras y que ponían en alto a duo de los raperos. Repito no entendí los premios.
por otra parte para nada creo que Los Aldeanos sean contrarrevolucionarios como tengo que agunatarle decir a no pocos en la calle. Me parece interesante su trabajo e incluso realicé un reportaje de radio sobre el tema de las prohibiciones de viaje de Bian Oscar (EL B). Sobre la censura: cierto que ellos están marginados y excluidos de los medios, ahora… en la Comisión Depuradora ¿no crean ellos mismo un mecanismo de selección y por tanto de censura?? ¿No se convierte la comisión en una especie de Institución??? Solo dos preguntas. Felicidades Daniel por el trabajo, saludos, David Vázquez Abella, estudainte de periodismo
May 7, 2010 a 8:28 am
Fugaz
Hola Daniel, aun no he visto el documental pero enseguida lo descargo. No me interesa hablar sobre la musica de Los Aldeanos porque no me gusta el rap en español, asi que me limitare al perfil politico de tu escrito.
La primera cuestion es el SER, por que ellos o cualquier cubano tiene necesariamente que SER alguna bala ideologica: antimperialista, revolucionario, socialista, internacionalista, etc. Tal parece que si no se es portador de una de esas etiquetas te quedas sin salvoconducto para sobrevivir en el patio porque viene el Estado maton y te quita la merienda, uso esta imagen infantil de colegio porque todo esto parece tan pueril, aunque desgraciadamente no lo es, ocurre. Es un lenguaje tan desfasado como tildar de pecador, hereje, etc. El mundo actual fuera de ese parque tematico no funciona asi, por que los cubanos tienen que vivir en ese Juego de Rol.
Un tipo es buena gente o un cabron, y eso es lo que importa en su relacion con los demas, no si es antimperialista. Una persona es valorada en su entorno porque sea amable, tolerante, altruista, solidario, y eso ocurre en todas las latitudes. Por que en Cuba insisten en un «codigo marciano» ( casi pongo martiano, que no es lo mismo pero….), una «clave original» para valorar en su justa medida al buen o mal ciudadano.
Si Los Aldeanos viviesen en Europa y escribieran sobre el calentamiento global, el hambre en Africa, el desempleo, el maltrato de genero, contra el consumismo, etc, serian unos tipos cojonudos para toda esta juventud comprometida con los mejores valores eticos del ser humano. Nadie les pediria el salvoconducto de una etiqueta impuesta desde los centros de poder. Serian buenos ciudadanos, y los valores que defienden serian universales.
En resumen por que en Cuba no se puede ser normal, ser parte de este mundo, y se empeñan en verlo todo con ese lenguaje criptico del Absolutismo, como si fueran miembros de una secta: antimperialista, etc.
El primer paso hacia la libertad es despojarse de todo ese lenguaje panfletario y hablar en plata sobre lo mundano con palabras mundanas y universales. Si un hijo mio le dice a su abuela que es antimperialista, la pobre señora lo lleva corriendo al medico para que le mire las amigdalas.
May 26, 2010 a 2:26 pm
Marga
Hola, acabé de asistir el documental. Me parece superinteresante que esos jóvenes hayan construido una estructura de producción al margen de las instituciones. Eso, sin dudas les da una independencia real. Me gusta su fuerza, sus ganas, la forma de canalizar su malestar. Sin embargo, pienso que toda esa energía se diluye desde el momento en que ellos sólo hablan de problemas en general. Los mencionan, los describen, se quejan muy visceralmente pero nada más, realmente su discurso no me parece controversial y sí superficial. En principio, eso pudiera hacerlo cualquiera que estuviera viviendo la misma realidad, ser revolucionario, aún en el plano artístico, es otra cosa. Fundamental es explorar el tipo de utopias que cantan, para ellos y para su gente, me gustaría sentarme a conversar y preguntarles que dios es ese que ellos piden que acabe de bajar. Quieren un mundo limpio, libre, humano, alegre, quieren que les devuelvan la fe, todo esto sin leyes ni gobierno. Sin dudas es muy lindo, muy anarquista, casi innegable, pero muy poco realista y hasta demasiado inocente, teniendo en cuenta el escenario mundial de estos días. De todas maneras, qué viva la facultad de soñar, desear y decir lo que se queremos y lo que nos molesta. Maravilloso que haya jóvenes buscando su voz de forma independiente, inclusive contra la corriente. Ojalá que los aldeanos sigan en ese camino, pero no olvidar: aprofundar las reflexiones tampoco le hace mal a nadie y es paso primordial para comenzar a llamarse revolucionario, creo yo.
May 26, 2010 a 8:28 pm
Daniel Salas
@ Fugaz: de verdad que en este país es casi imposible ser así, normal, como tu pones. Y la gente trata de serlo, y se descubre de pronto ya enredado en los hilos del estado de excepcion en que vive la Isla. Me haces notar claramente la trampa, que ya he comentado en otros post; pero, al parecer irremediablemente, participamos de preparar la trampa, participamos de alertar para que nadie la pise, y participamos en pisarla… Así es la vida, dialéctica y cíclica… jaja
@Marga: Sí, es maravilloso que haya gente con esas ganas puras que, para bien, hay que acompañar, profundizar y hacer propias.
Qué bien, además, quedan algunos giros de tu comentario, que me imagino salgan del portuñol: «asistir», «aprofundar»… saludos
May 26, 2010 a 8:31 pm
Daniel Salas
@davixx, tienes privado el blog, compa, abre ahí para chismosear. saludos
May 28, 2010 a 10:17 pm
David Vázquez
daniel, es k cerre ese blog, ahora estoy junto a rafael en otro, http://desdeelaula.blogcip.cu/ despues paso por aki a seguir comentando sobre los aldeanos, que ademas, ahora se va a ahacer un trabajo sobre el tema en la facultad, saludos, david
julio 6, 2010 a 9:23 pm
oceanchild
he pasado, leí y me he animado a dejar mi ciberhuellita, además porque vi el doc y porque estoy a faor y en contra de algunas cosas que se han dicho aquí. No he escuchado mucho los aldeanos, pero pienso que lo suficiente como para formarme un criterio al respecto..
Creo que la identificación con discursos como el del rap, también del humor… se debe de alguna manera a una necesidad de compensar la total sinflictivización de lo que refleja nuestra prensa (al menso de la mayor parte de ella). funciona como una válvula de escape, una manera de buscar el equilibrio, pero no hay que ir a los extremos, creo que lo mejor que podrían hacer los aldeanos para superar las versiones que ellos pretendern desacreditar sería mirar críticamente de verdad, pero sin importar la homogeneidad en la mirada de la que tanto nos quejamos y que caracteriza el discurso al que ellos pretenden oponerse. Pedir un cambio de lo que debe ser cambiado supone una mirada crítica, responsable y ABIERTA a ese entorno que se pretende cambiar, como dice daniel, no puede ser el teque triunfalista, pero tampoco la crítica por la crítica, la avalancha incontenida contra todo y todos sin discriminación y sin reconocer matices,, hacer eso es tan simplificador y fácil como lo anterior . Suscribo el criterio de Boris l. en ese sentido, esas reacciones “tan opuestas”, terminan en el punto diametralemente contrario, pero con cierta esencia idéntica en su forma al agente de reacción
“El contenido de ser revolucionario”. Creo que el debate de estos días además de la imagen se da en el discurso (obviando que la imagen también es un discurso, hablo en un sentido más conservador, discurso como ideología montada en palabras o algo así): “ser revolucionario”, la cuestión del millón, a mí me cuadra bastante la definición de fidel, y creo que los aldeanos entran en el perfil … lo contradictorio es que en definitiva no terminamos de entender lo revolucionario en esa medida, no le aguantamos un ápice de crítica (de crítica de verdad).. (este plural es meramente estilístico,)
Y a propósito de revolución, no entiendo por qué nos las damos de estar haciendo un giro en la visión, de adoptar la perspectiva otra y necesaria y seguimos marcando todo con las etiquetas, y otorgando a cada una un tipode ética particular y correspondiente a su “naturaleza”.. me refiero a muchos comentarois que implican una queja ante el hecho de que se considere al arte ligado al discurso político, a la prensa, a la academia…. O al menos a que se lo juzgue según un sistema de valores similar al que se emplearía para una manifestación en cualquiera de estos otros “terrenos”. No hay que separar el arte de la política, el arte está atravesadopor y tiene responsabilidaden ella, tanto como la prensa o la academia. ¿Quién dijo que no tiene nada que ver la función social de una canción con la de un artículo científico?, de cara a los destinos de un país, tiene tanta o más implicación,. seguimos cortándonos en pedazos diferentes e inconexos, cayendo en la fragmentación violenta y la incoherencia. El arte por un lado y la política por otro,,cuando pocas cosas son tan políticas como el arte.
Tampoco pienso que ser o no antimperialista no tenga nada que ver con ser “buen socio” o “un cabrón”. Puede ser un problema de lenguaje (por ahí creo que tiene que empeza r la revolución), peero la vida cotidiana más pedestre y doméstica SÍ tiene que ver con posturas políticas, lo “anormal” es justamente lo contrario.. (sin caer en el tema de lo que es la normalidad, un concepto por demás estadístico)… siemrpe que se elije una opción sobre otra se está haciendo ejercicio de la política, aquí y en todas las latitudes, si estamos hablando de gente “normal” con un mínimo de coherencia y consecuencia (lo contrario según desnoes y titón, es el subdesarrollo)
Creo que la cuestión del conflicto generacional también es uan solución fácil (otra vez 2 etiquetas que suponen dos grupos opuestos perfectamente delineados. Hay demasiados tipos para tener a la mano solo 2 categorías antagónicas que desconocen todo lo que está en el medio.) Estoy en contra de esa visión: conozco un montón de veteranos mucho más revolucionarios (literalmente y con minúscula), más críticos, más comprometidos y que les importa más lo que está pasando en este país y fuera de él que muchos de 20, “viejos” que en definitiva están más en la cuerda de los aldeanso que sus hijos o sus nietos
Pd. Qué capacidad de expresar su susceptibilidad la de silvito el libre!!!! Otro que piensa que tiene la carta de la verdad en la baraja. Qué manía!
Pd2 Terrible este mundo en blanco y negro, al final creo que la culpa de todo la tiene el maniqueísmo del pensamiento occidental (aunque ahí tenemos a los chinos con el ying y en yang, pero bueno) (jjjjjjjjjj candela… 😉
un gustísimo leerte así daniel.
julio 7, 2010 a 1:45 pm
r8bins3n
el viejo problema de todas las revoluciones… si triunfan… qué?!
septiembre 1, 2010 a 9:23 pm
tania
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septiembre 7, 2011 a 6:56 pm
lukaz
El documental bueno, aunque presto a que se malinterprete y manipule. víctima final: la propia Revolución y sus imperfecciones.
Silvito, lamentable, maleducado y malortografiado, nada que ver con el emisor del espermatozoide que un día fue.
Saludo a Los Aldeanos, irónicamente más dignos que el rarito de Pablo Milanés…